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miércoles, 15 de febrero de 2012
1. LOCALIZACIÓN Y CALLEJERO.
Jarandilla
de la Vera está situada al Norte de Cáceres, en la
Comarca de la Vera, a 585 metros sobre el nivel del mar.
Jarandilla de la Vera, como su
segundo nombre indica, se encuentra ubicada en el centro de la demarcación
territotial conocida como: “Comarca de La Vera”. Ésta es una de las comarcas
más frescas de la geografía extremeña. Esto es debido a que está situada en las
estribaciones de la Sierra de Gredos al noreste de Cáceres y se encuentra
regada por numerosas gargantas, que hacen las delicias de los veraneantes y son
uno de lo múltiples motivos por los que eligen esta zona de Extremadura para
pasar gran parte del verano.
Nuestra localidad está bien
comunicada gracias a infraestructuras viarias rápidas, que permiten llegar
fácilmente desde grandes núcleos urbanos como Madrid, Salamanca y Sevilla, por
ello constituye un lugar privilegiado para pasar el fin de semana.
Además una de las características
atractivas de la zona de la Vera, es la cercanía entre sus pueblos por lo que
es fácil ir de uno a otro caminando o en bicicleta.
Limita al Norte con el Guijo de Santa Bárbara, al Este con Losar de la Vera y Robledillo de la Vera, al Oeste con Adeanueva de la Vera y Cuacos de Yuste; y al Sur con el río Tiétar.
Gentilicio: Jarandillano-a
Habitantes
aproximadamente: 3.100 (Año 2011)
¿Cómo llegar?
Desde Madrid, por la
N-V hasta Navalmoral de la Mata y allí Ctra. de Jarandilla de la Vera.
Desde Badajoz, por
la N-V hasta Navalmoral de la Mata y allí Ctra. de Jarandilla de la Vera.
Desde Cáceres y
Salamanca, por la N-630 hasta Plasencia y desde allí, por la Ex-203.
Distancias aprox.
136 km. a Cáceres y 221 a Madrid.
2. GEOGRAFÍA.
Jarandilla
de la Vera: Xarandiella, en la edad media, que significaría pequeño lugar del
valle, ya que Xaran-Jaran-Harán, en vasco y otras lenguas prerromanas significa
Valle-Ribera de río.
CLIMA:
El clima es de tipo mediterráneo, caracterizado por inviernos suaves y veranos templados y secos, abundantes precipitaciones, distribuidos de forma irregular. El clima no es uniforme debido a las diferencias de altitud. En las zonas de la sierra las temperaturas descienden por debajo de cero donde se acumula nieve; en la meseta donde se localiza la población de Jarandilla de la Vera situada a una altitud de 545 m. las temperaturas son suaves presentando una media de 18ºC; y por último en las zonas más bajas situadas en las vegas del río Tiétar los veranos son muy calurosos y el invierno con grandes heladas, debido a la proximidad del río.
El clima es de tipo mediterráneo, caracterizado por inviernos suaves y veranos templados y secos, abundantes precipitaciones, distribuidos de forma irregular. El clima no es uniforme debido a las diferencias de altitud. En las zonas de la sierra las temperaturas descienden por debajo de cero donde se acumula nieve; en la meseta donde se localiza la población de Jarandilla de la Vera situada a una altitud de 545 m. las temperaturas son suaves presentando una media de 18ºC; y por último en las zonas más bajas situadas en las vegas del río Tiétar los veranos son muy calurosos y el invierno con grandes heladas, debido a la proximidad del río.
AGUA:
La red fluvial está dominada por las gargantas Jaranda y Jarandilleja, además de un gran número de arroyos, las aguas de las gargantas han regado tradicionalmente los huertos que se sitúan por sus riveras y por los alrededores del pueblo. Las gargantas conforman, junto a las características climáticas y biogeográficas, uno de los grandes atractivos naturales de Jarandilla de la Vera.
La red fluvial está dominada por las gargantas Jaranda y Jarandilleja, además de un gran número de arroyos, las aguas de las gargantas han regado tradicionalmente los huertos que se sitúan por sus riveras y por los alrededores del pueblo. Las gargantas conforman, junto a las características climáticas y biogeográficas, uno de los grandes atractivos naturales de Jarandilla de la Vera.
FAUNA:
El mamífero más simbólico de la zona es la cabra montés, podemos encontrar
jabalíes, comadrejas, guarduña, gineta, zorro, conejo, ratón de campo, erizos …
Entre las aves
podemos encontrar el águila real, águila culebrera, buitre leonado, cernícalo,
milano negro, milano real, cigüeñas blancas, cigüeñas negras (ya en peligro de
extinción), cuervos, grajillas, rabilargos, en los campos de cultivo podemos
encontrar perdices, tordos, abubilla, cuco ... y aves nocturnas como el búho,
la lechuza, mochuelo …
En la Comarca de la
Vera abundan reptiles y anfibios como el lagarto ocelado, lagarto verde,
lagartijas, variadas especies de serpientes, salamandras, tritones, sapos,
ranas ...
En las abundantes aguas de las gargantas, ríos y charcas se refugian la trucha autóctona (lomo cubierto de puntos naranjas), barbos, bogas, cachuelos, tencas, carpas, black-bass etc ..
En las abundantes aguas de las gargantas, ríos y charcas se refugian la trucha autóctona (lomo cubierto de puntos naranjas), barbos, bogas, cachuelos, tencas, carpas, black-bass etc ..
FLORA:
La flora es muy variada y estratificada en pisos bioclimáticos: El monte bajo está compuesto por helechos, tomillo, torvisco, romero, jara y gran número de arbustos pequeños.
El roble es el árbol más representativo de bosque de la comarca, lo podemos encontrar desde las vegas del río Tiétar hasta una altura de 1600 metros. En las zonas húmedas aparecen acompañados de castaños, en menor abundancia aparecen las encinas.
La flora es muy variada y estratificada en pisos bioclimáticos: El monte bajo está compuesto por helechos, tomillo, torvisco, romero, jara y gran número de arbustos pequeños.
El roble es el árbol más representativo de bosque de la comarca, lo podemos encontrar desde las vegas del río Tiétar hasta una altura de 1600 metros. En las zonas húmedas aparecen acompañados de castaños, en menor abundancia aparecen las encinas.
En las cumbres, la
vegetación es escasa, abundan las escoberas y los piornos.
VEGETACIÓN:
Dentro de la Comarca de la Vera, se pueden distinguir varios grupos o
asociaciones vegetales:
Arbolado – constituidos básicamente por Pinus pinaster, con una escasa
biodiversidad vegetal. Ocupan una gran proporción de la extensión total de la
comarca. Así mismo, se pueden observar varias especies de castaños asociados
con Quercus.
Frutales – se trata de plantaciones en secano, siendo el más representativo el
cerezo, pero también cuenta con higueras. El cerezo forma mosaico con olivares
y con marcos de plantación diverso.
Zonas de matorral – prácticamente carece actualmente de aprovechamiento. También pueden verse asociados con pastizal, situados sobre suelos pobres y accidentados principalmente, procedente de pastizales invadidos por matorral.
Zonas de matorral – prácticamente carece actualmente de aprovechamiento. También pueden verse asociados con pastizal, situados sobre suelos pobres y accidentados principalmente, procedente de pastizales invadidos por matorral.
Zonas de
labor – se trata de terrenos cuyo principal
aprovechamiento es el pasto, aunque con el fin de alimentar el ganado en épocas
de escasez, se cultiva una parte. El agua para el riego, por lo general a pie,
procede de diversos arroyos y pozos. Los cultivos más importantes, a parte de
las praderas artificiales, son el tabaco y el pimiento.
3. HISTORIA.
Al norte de la provincia de Cáceres se ubica Jarandilla de la Vera, uno
de los pueblos más pintorescos de la región. Se levanta Jarandilla entre
sierras y gargantas, en un entorno natural privilegiado.
En el término de
Jarandilla, pueden encontrarse numerosas muestras de un amplio legado cultural,
monumental y arqueológico.
Los restos
arqueológicos más antiguos a los que podemos referirnos son los que conciernen
a la Cueva de Capichuela, cueva troglodita y recinto donde se cobijaban los
antiguos hombres para escapar de las fieras que poblaban la zona.
El siguiente paso en
los restos y yacimientos de distintas culturas que podemos descubrir, lo
podemos encontrar en los parajes denominados El Pero, Las Cañadas o en La
Berrocosa y dos más en San Gil. Estos sepulcros, tienen forma humana y en
algunos casos se encuentran emparejados, su construcción parece influida por la
cultura fenicia.
En Jarandilla,
debieron situarse al menos dos castros, uno de ellos en la Calle del Castrejón
o de Las Espeñas, detrás de la actual Iglesia-Fortaleza de Nuestra Señora de la
Torre, ubicada ésta en lo alto de un cerrete, en el centro de la población y
donde originariamente debió estar un castro celtibérico. Entre las piedras
utilizadas para construir la torre se encuentran los restos de un verraco
ibérico –animal totémico- de color negro. El otro se encontraba en el castillo
de los Marqueses de Jarandilla, hoy Parador de Turismo.
Existen también dos
lugares dentro de sus tierras, uno de ellos Los Castillejos y otro de El Cubo
que nos hablan de antiguas fortificaciones.
La civilización
romana cuando conquistaban un lugar, lo destruían y sobre él construían nuevas
edificaciones. Era su costumbre el construir una torre o fortaleza (Oppidum),
dede donde en caso de ser atacados podían defenderse mejor. Esta primera
edificación, fue construida sobre los restos celtibéricos situados donde se
encuentra la actual parroquia y posteriormente, construyeron un recinto más
amplio con viviendas alrededor de la fortaleza y que ellos llamaban Conventum.
Llamaron los romanos a Jarandilla Municipium Flavium (municipio de Flavio) Vivertorum
(de fuentes vivifiontes); posteriormente se la conoció también como Jarándula.
Construyeron también los
romanos una calzada que cruza de lado a lado La Vera y para cruzar las bravías
gargantas, edificaron puentes como el Puente Parral, La Puentevieja y Jaranda.
Nos hablan de la
ubicación de un templo dedicado a Minerva, actualmente es la ermita de la
Virgen del Sopetrán.
Otros vestigios del
asentamiento romano en Jarandilla son el sepulcro turriforme de Miraelrío, al
lado de la antigua calzada romana, paso el Puente Parral; una estela votiva en
piedra granítica encontrada en el Cerro Parral, en la finca La Pascuala.
En La Berrocosa se
encontró un cipo de mármol blanco y rectángular del siglo II d. de C. –que bien
pudo ser una lápida funeraria-, con la imagen de una mujer agarrando a un niño
y se puede ver en la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Torre.
Después de los
romanos, pasaron los visigodos dejando una pila bautismal de granito en la
iglesia parroquial, con la cruz gamada o esvástica (signo que los visigodos
adoptan como símbolo cristiano al convertirse).
Con la caída de la
influencia visigoda en la zona, los árabes se asentaron en Jarandilla en los
primeros años del siglo VIII, construyendo la base de los actuales canales de
regadío, y cambiando el nombre de Jarandilla, pasando a llamarse Jaralvila
“sitio poblado de verdes prados”, para después llamarla Xarandiella. Quedan
muchos topónimos y lugares, así como Jaranda, Jarandilleja, La Moraleja, etc….
Jarandilla
perteneció al arzobispado de Mérida, pasando a depender posteriormente al de
Santiago de Compostela, recientemente al arzobispado de Toledo y últimamente ha
vuelto al de Mérida. Desde el año 1190 es del obispado de Plasencia.
En el 1212 aparecen
Jaraíz, Cuacos y Jarandilla como núcleos más poblados en La Vera y en 1254, ya
aparece en documentos, que disponía Jarandilla de una iglesia, nombrándosela
también en el Libro de la Montería.
Alfonso X El Sabio
dio mayor impulso repoblador, llegando en esta época gran cantidad de moriscos,
mozárabes y posteriormente judíos.
Por la gran
existencia de “Golfines”, los reyes e incluso el propio concejo de la ciudad de
Plasencia, premiaban con privilegios a los caballeros que contribuían a
mantener el orden. Fernando IV donó a D. Nuño Pérez de Moroy las poblaciones
veratas de Valverde, Madrigal, Talaveruela, Viandar y Jarandilla en el año
1279, en agradecimiento por los favores prestados.
Debido a las
crueldades cometidas por Pedro I El Cruel, Rey de Castilla, los distintos
señores del reino de Castilla se unen y proclaman como nuevo Rey a Don Enrique,
que era un hijo bastardo de Alfonso XI.
Enrique II, marchó a
Burgos para encontrarse con su hermanastro Pedro I y en una visita a Toledo,
asegura las defensas de la ciudad y la deja en manos de D. García Álvarez de
Toledo, Maestre de la Orden de Santiago, y por los servicios prestados, le
concedió entre otras villas y poblaciones –Oropesa, Valdecorneja, La Calzada,
Caleruela, Torralba, Lagartera, Navalcán, etc…- la Villa de Jarandilla y 50.000
maravedíes de juro cada año. Por tanto, D. García Álvarez de Toledo es el
primer Señor de Jarandilla.
A la ciudad de
Plasencia no le gustó y en el siglo XVI intentó recuperarlas (Jarandilla y
Tornavacas) por la fuerza, sin lograrlo.
Los Álvarez de Toledo
fomentaron la plantación de viñas y la construcción de casas. Mandó que todos
los que tuvieran tierras y no construyeran casa labrada perderían sus derechos
sobre ellas, fomentando con ello la repoblación de sus tierras.
A
mediados del siglo XV D. Fernando Álvarez de Toledo inició la construcción del
castillo que convertiría en residencia suya, a pesar de las protestas del
Concejo de Plasencia, sin que fuesen apoyadas estas protestas por D. Pedro de
Estúñiga, al estar casado D. Fernando con la hija de éste Doña Leonor.
En Jarandilla hubo
una judería hasta la expulsión o conversión de algunos de ellos, en la época de
los Reyes Católicos, por el 1492. Los judíos estuvieron principalmente
asentados en las inmediaciones del barrio de la Moraleja y se llegaba a esta
zona por la calle del Coso y por la calle de la Cilla o depósito, donde se
almacenaban los productos agrícolas del dezmatorio.
Uno de los hechos
más notables acaecidos durante el siglo XV fue la llegada y estancia del Emperador Carlos I de España y V de Alemania a Jarandilla. Llega el
11 de Noviembre de 1556 procedente de Tornavacas y después de cruzar lo que
llamó el último puerto de su vida, se instaló en el castillo del Señor de
Jarandilla, Fernando Álvarez de Toledo durante algo más de dos meses, hasta que
sus estancias en Yuste fueron terminadas.
El 3 de febrero de
1557 y en una silla-litera llevada por recios mozos, partió el Emperador desde
Jarandilla rumbo al Monasterio de Yuste.
Existe un estanque,
anejo al castillo, donde se dice que paseaba en barca la nobleza del lugar y
hasta, podría ser, el mismo Emperador Carlos I durante su estancia en
Jarandilla.
En el año
1767 los jesuitas son expulsados de Jarandilla, donde poseían una casa y huerta
que daba a res calles: la calle Santa Ana, calle Caldoria y calle Machín; en
esta calle hay un arco, con la Cruz de Jerusalén, que cruza de lado a lado y
que posiblemente fuese la ermita de Santa Ana.
En esa misma calle,
existían dos hospitales, uno para enfermos vecinos de esta villa, con seis camas,
a quienes se les atiende con todo lo necesario durante su enfermedad. Su
fundador es D. Juan de Figueroa. En la actualidad actúa como patrono el Excmo.
Sr. Duque de Alba, Conde de Oropesa …. Y otro hospital del que se ignora el
fundador y en el que se recogían a los pobres peregrinos, a su cargo está la
Justicia, no se tiene noticias de que tenga bienes, y en el caso de que sean
necesarios algunos, se suplen de los Fondos Propios y asimismo del otro
Hospital.
En el año 1808
ocuparon los franceses el Campo Arañuelo, el Puente de Almaraz y Casatejada,
extendiéndose hasta los pueblos de La Vera. El Monasterio de Yuste también
sufrió las iras de las tropas francesas, que lo prendieron fuego después de que
algunos vecinos mataran a varios soldados franceses.
El marquesado de
Jarandilla fue concedido por Felipe II al Conde de Oropesa en el año 1598.
En la actualidad
cuenta Jarandilla con más de tres mil habitantes. Aquí se encuentran unos
edificios destinados por la Universidad de Extremadura como Residencia
Universitaria. La lección inaugural del centro corrió a cargo de D. Julián
Marías.
Este edificio está
situado en terrenos y edificios pertenecientes a la fundación creada por Doña
Soledad Vega Ortiz, y antes de su remodelación, fue ocupado por educadores
Hermanos Maristas.
Entre los muchos
visitantes ilustres que ha recibido y recibe Jarandilla, destacamos a Don
Alfonso XIII y la familia real actual al completo, los reyes también la
visitaron siendo aún príncipes.
PERSONAJES ILUSTRES
Nacido en esta villa
según consta en el testamento que se conserva en las Capellanías de Jarandilla.
Su padre era Hernán Sánchez Loaysa de Bonilla y su madre Juana Sánchez la
Dezmera. Su salida de la casa paterna se produjo durante la juventud y soltero,
embarcándose como muchos otros camino de las Indias, a la búsqueda de mejor
fortuna. Durante su viaje y después de múltiples peripecias y aventuras,
consiguió llegar a la población de Anserma, que se encuentra en la gobernación
de Pompayán. En la zona de Colombia donde estuvo Gaspar de Loaysa se encuentra
la ciudad de Sopetrán y en ella puede verse un santuario dedicado a la Virgen.
Fue valedor de este conquistador Don Francisco de Toledo, Virrey de Perú, que
posiblemente le llevó consigo a América y Don Fernando Álvarez de Toledo, conde
de Oropesa y señor de Jarandilla. Muere este personaje peculiar el 4 de Abril
de 1575, siendo estas noticias, las primeras que se recibieron desde su
partida, a pesar de los numerosos oficios que sus padres hicieron por conocer
algo de él, abriéndose inmediatamente su testamento donde se habla de sus minas
de oro, de los acreedores y deudores, de su encomienda, de sus fincas a la
orilla del río Cauca, junto al volcán Ruíz, de sus casas, de sus noventa
esclavos negros, de su ganado...legando parte de sus bienes a la Iglesia y
Ermitas de Jarandilla, así como a los Indios del valle de Cupia y numerosas
limosnas para el sustento de huérfanos y necesitados.
Se ha puesto el
nombre de Conquistador de Loaysa al colegio público de Jarandilla.
Soledad Vega Ortiz:
Natural de
Jarandilla, de origen humilde se casó por primera vez con el entonces
telegrafista de Jarandilla y al morir éste, se casó con el cantinero del
Palacio Real, Manuel García Gutiérrez, con él cual vivió en Madrid principalmente,
hasta la muerte de éste acaecida en Baños de Montemayor en 1911, que dando como
heredera de todos sus bienes. El pueblo llano conocía a esta mujer como la
Jesusa. Mandó redactar dos testamentos ente el entonces notario D. Luis Sierra
Bermejo, estableciendo que sus restos fuesen enterrados en el Monasterio de San
Agustín de Jarandilla de la Vera, dando orden de que se cree una fundación. La
cual debe ser presidida por el Obispo de Coria y de cuyo patronato formarán
parte la Parroquia, el Ayuntamiento, el juzgado de Primera Instancia y tres
patronos, donando sus bienes a esta fundación que debe ser de carácter benéfico
y docente. Murió el día 22 de febrero de 1948 en Madrid, encontrándose sus
restos mortales junto a los de su esposo, en el mausoleo de la iglesia de San
Agustín.
También son de
mención otros hijos Ilustres de Jarandilla, como: Juan Arias, Juan Alcedo de la
Rocha, Pedro García Panes, Joaquín Encabo Sopetrán, Dionisio Rodríguez Burcio,
Antonio Soria de la Calle.
martes, 14 de febrero de 2012
4. ECONOMÍA.
5. ¿QUÉ VISITAR?
CASTILLO DE LOS CONDES DE OROPESA
(Parador
Nacional Carlos V)
En la lucha que los nobles mantenían entre sí y con la ciudad de Plasencia por poseer tierras ricas y frondosas de La Vera, D. Fernando Álvarez de Toledo, dió la orden de comenzar a edificar un Alcázar siendo llamado al orden por el Consejo de Plasencia. No obstante, ante estas quejas del Consejo placentino, el Señor de Jarandilla no hizo caso ninguno y continúo con su construcción hasta su terminación.
Fue construido a mediados del siglo XV, es de planta rectangular
habiéndose reforzado con torres cilíndricas al Noroeste y Suroeste, y dispone
de otras dos torres cuadradas de gran
envergadura y rematadas en los altos con una corona de canecillos salientes que
las rodean. Antiguamente el recinto estaba bordeado por dos líneas de murallas
y para acceder al castillo se hacía mediante un puente levadizo en cuyos lados
había dos cubos, por aquí se pasaba al patio de armas y en la puerta un escudo
en piedra del Emperador Carlos V.
En el centro del patio de armas se puede
apreciar una fuente de gran belleza y sosiego. En la parte occidental hay una
galería de dos pisos con arcos escarzanos en el primero y carpaneles en el
superior, sobre pilares octogonales.
En las paredes del patio de armas
se pueden apreciar escudos pertenecientes a los Álvarez de Toledo, los
Figueroa, de los Obispos y de otros nobles ilustres. En el comedor que se
utiliza en la actualidad hay un escudo de Carlos III puesto en el año 1966.
Durante
años el castillo estaba en ruinas, hasta que en los años sesenta y siendo
propiedad del Duque de Frías, D. Manuel Fraga Iribarne, ordenó remodelarlo para
convertirlo en lo que es hoy Parador Nacional de Turismo con el nombre de su
visitante más ilustre Carlos V. Fue inaugurado por D. Manuel Fraga en Abril de
1966 y bendecido por el obispo placentino Juan Pedro Zarránz y Pueyo.
IGLESIA DE SAN AGUSTÍN.
Pertenecía
al desaparecido Convento que acogía a la orden de San Agustín (agustinos
recoletos). Su patrón fundador fue Juan Arias, nacido en Jarandilla de la Vera,
llegó a ser Regidor y encargado de la cárcel de la ciudad de Plasencia y
Alcalde de la Hermandad de la Villa y Corte de Madrid. Por la devoción que tuvo
a la reforma de los Agustinos Recoletos y deseando que su patria chica fuese
ilustrada, trató de que existiese allí un Monasterio que llevase el nombre de
San Agustín, consiguiéndolo en Marzo del año 1603.
Esta Iglesia
podemos fecharla en el primer tercio del siglo 17. Fue trazada por el
arquitecto Fray Juan de Nuestra Sra. De la Oz en 1602 y terminada posiblemente
entre 1608 y 1610.
Fue
desamortizada en 1848 pasando desde ese momento a manos privadas. A principios
del siglo XX (1946-47) la adquiere Dª Soledad Vega Ortiz. Ésta Sra. natural de
Jarandilla, de origen humilde casó en primeras nupcias con el entonces
telegrafista de Jarandilla y al morir éste, se casó con el cantinero del
Palacio Real, Manuel García Gutiérrez, que al morir la quedó como heredera de
todos sus bienes. El pueblo llano conocía a esta mujer como la Jesusa. Antes de
morir quedó redactado dos testamentos, que sus restos sean enterrados en el
Monasterio de San Agustín de Jarandilla de la Vera, dando orden de que se cree
una fundación, la cual debe ser presidida por el Obispo de Coria y de cuyo patronato
formarán parte la parroquia, el Ayuntamiento, el juzgado de Primera Instancia y
tres patronos, donando sus bienes a esta fundación “La Soledad y San Manuel”
que debe ser de carácter benéfico y docente. Soledad Vega Ortiz murió el día 22
de febrero de 1948 en Madrid, encontrándose sus restos mortales, junto a los de
su esposo Manuel García Gutiérrez, en el mausoleo de la iglesia de San Agustín.
La iglesia tiene
una fachada coronada por un pequeño templete con hornacina a cuyos lados vemos
dos escudos agustinianos y en su interior una imagen en piedra de San Juan
Bautista. Encima de este templete hay una ventana rectangular y más arriba,
rematando, un frontón con óculo en el centro.
Iglesia de planta
de cruz latina de una única nave con tramo de medio cañón apuntando con lunetos
y notable cúpula sobre crucero. Es de estilo barroco y ha sido restaurada a
mediados del 1994, siendo separada del edificio-colegio.
IGLESIA FORTALEZA DE NUESTRA SEÑORA DE LA TORRE.
Iglesia
de Santa María de la Torre, una de las más peculiares de la comarca, mitad
iglesia, mitad fortaleza, situada en la Plaza de la Constitución, donde también
se encuentra el Ayuntamiento. Construida sobre un castro celta, de sus antiguos
vestigios data un berraco que se encuentra en un muro de la torre.
Según Gervasio Velo, Alfonso
VIII entregó Jarandilla a la Orden del Temple, que construyó en el siglo XII una fuerte torre
circular que fue posteriormente reconvertida, en el siglo XIII, en el ábside de
la iglesia de Nuestra Señora de la Torre, siendo la parte añadida de mucho
menos valor, tanto histórico como arquitectónico. La torre campanario,
originariamente, debió ser la del Homenaje de la fortaleza de los caballeros
templarios.
La fortaleza se acondicionó en el siglo XV como templo.
La torre parroquial y los gruesos muros existentes al Sur y SO del templo, debieron pertenecer a las murallas del recinto de una construcción militar del siglo XIII. La cabecera del templo en forma de cubo de muralla, parece un poco posterior y debió añadirse cuando la fortaleza fue transformada por los señores del lugar. El grueso de la obra corresponde al estilo gótico del siglo XV.
Al interior presenta una nave dividida en cinco tramos de seis arcos fajones que soportan la cubierta constituida por bóveda de cañón con lunetos, fue modificada a mediados del siglo XX. La cabecera es pronunciada está rematada con un ábside semicilíndrico, aunque en el interior es poligonal, decorado con dos grandes ventanas geminadas de arcos lobulados de influencia árabe y bóveda de crucería.
La capilla mayor es de bóveda de crucería cuatripartita con ocho ménsulas, con imaginería de figuras humanas de origen azteca. Terminan las nervaduras en un escudo de los "Álvarez de Toledo" y otro posiblemente de un obispo.
El retablo mayor renacentista
con tendencia barroca, es de la segunda mitad del siglo XVII, albergando en la
hornacina central una buena talla barroca de la Inmaculada del siglo XVIII, en
madera policromada y apoyada en una peana de nubes y tres querubines. En el
ático un oleo pintado en 1.957, donde se reproduce la Trinidad de Ribera. Más
destacado es el crucificado de marfil filipino, del siglo XVI, que se halla
encima del sagrario
En el lado del evangelio se
abre la capilla de gusto renacentista de don Gaspar de Loaysa del siglo XVI. A
la izquierda, según se entra, se encuentra la tumba del capitán de la Indias
Gaspar de Loaysa, fechada en 1599 la lápida con inscripciones en latín, que
representa al conquistador esculpido con una armadura y en el arranque de la
bóveda se encuentran ocho ídolos aztecas.
En el
baptisterio se encuentra una pila bautismal visigoda con una cruz gamada o
esvástica (probablemente de la época de Carlos V)
Al exterior, con dos
interesantes puertas de acceso, una situada al lado del evangelio o de la
sierra y la otra al lado de la epístola o del sol. Las dos son iguales con un
marco apuntado enmarcado con un alfil. La torre es testimonio de una primitiva
fortificación y fue aprovechada como campanario al construirse la iglesia. Este
carácter defensivo queda de manifiesto al rematarse los muros del templo con
almenas.
Edificio grande y
majestuoso, construido sobre peña viva, que la sustenta y levanta, data del
siglo XII-XIII, se construyó sobre un castro celta, prueba de ello es el
berraco que ahora se encuentra en un muro de la torre. Cabe destacar, el cipo
romano de mármol con columnas corintias y fuste en espiral, la Capilla
renacentista de Gaspar de Loaysa del siglo XVI, retablo mayor de influencia
barroca, presidido en el centro por la virgen de la Inmaculada apoyada sobre
una peana de nubes y tres querubines. Encima del sagrario hay un precioso
Crucifijo de marfil filipino del siglo XVI. En la iglesia podemos apreciar una
Pila Bautismal Visigoda elaborada en piedra y en la que se aprecia una cruz
gamada esvástica, que pertenece a ésta raza aria, procedente del norte de la
India.
ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DEL SOPETRÁN.
El interior de la ermita es una nave cubierta por bóveda de cañón con
lunetos. En el crucero se ve una cúpula sobre pechinas, que culmina con una
linterna decorada con la coronación de la Virgen y la Santísima Trinidad.
El retablo es de estilo rococó de cascarón, y
se encuentra sobre un banco de piedra berroqueña, cuerpo y ático con forma de
concha del ábside. Tiene como cinco calles en las que se insertan tres
hornacinas abiertas en arco de medio punto. La hornacina principal contiene la
imagen de Nuestra Señora del Sopetrán, talla de estilo barroco del siglo XVIII.
En la nave de la epístola se encuentra una escultura de madera
policromada de Santa Rita vestida con el hábito de los agustinos, que data del
siglo XVIII y procede del convento de San Agustín.
A la derecha, hay una lápida de mármol, con letras doradas y en relieve,
que conmemora e informa en su texto, de la visita realizada por el Rey Alfonso
XIII y su séquito.
PICOTA.
Inicialmente era muestra del poder de los señores feudales sobre los pueblos y posteriormente símbolo de villazgo e independencia. Después se utilizó para ejecutar las penas de muerte.
Inicialmente era muestra del poder de los señores feudales sobre los pueblos y posteriormente símbolo de villazgo e independencia. Después se utilizó para ejecutar las penas de muerte.
Situada junto a la Ermita de Nuestra Señora del Sopetrán, está construida
en planta octogonal elevada sobre tres gradas que constituyen un grueso pilar
con base moldurada, en lo alto de la planta circular, sobresalen cuatro cabezas
de dragones y más arriba destaca un cuerpo cuadrado con un escudo con yelmo,
esculpido en la piedra y una bella cúpula en forma de pináculo floreado, de
estilo gótico.
La mandó construir Juan Arias, del que ya hablamos con anterioridad, en
el año 1591. En el siglo XVIII, una parte fue restaurada por Felipe Rodríguez y
años posteriores, otra por Francisco Rodríguez Berrocoso.
El edificio es de planta cuadrangular
con el ábside y la sacristía saliente en la cabecera, construido a base de
mampostería y sillería. Los dos pórticos
laterales se apoyan sobre varias columnas monolíticas de capitel toscano que
soportan un tejado de madera. Tiene dos puertas de entrada, ambas adinteladas y
situadas al lado del Evangelio y a los pies.
En su interior se encuentran: una imagen del Cristo de la Caridad del
siglo XVI, un Nazareno y un Cristo atado a una columna, ambos del siglo XVIII.
Hay también un cuadro de azulejos talaveranos que data del siglo XVII.
El puente Parral se alza sobre la Garganta Jaranda, a pocos metros del
pueblo, y tiene un perfil característico de otros puentes veratos: un gran arco
de medio punto, un pequeño arquillo lateral que sirve de aliviadero cuando las
aguas bajan con fuerza y la típica silueta “lomo de mula”, con las calzadas
asimétricas. Arco y arquillo son de buena sillería y se asientan en las rocas
de granito del cauce, mientras que el resto de la obra es de grandes sillares
irregulares, con mampostería en el perfil. La calzada pavimentada con rollos.
No existen documentos que nos ayuden a determinar su cronología, aunque si por
aquí pasó Carlos V en 1557. Es un puente
de traza romana (aunque medieval), en el que se utilizaron para su construcción
sillares de un mausoleo romano próximo. No obstante, puede que se haya
reconstruido algunos siglos después. En verano es perfecto para darse un baño
refrescante ya que, las aguas de las gargantas de Jarandilla son muy frías.
PUENTE JARANDA.
Puente Medieval utilizado por los monjes de Monasterio de Yuste para
acceder a una de las fincas.
Cercano al antiguo monasterio de San Francisco (hoy en ruinas) y al
charco natural de gran belleza llamado “Los frailes”.
FUENTES.
Siempre han tenido una presencia importante en los lugares donde estaban ubicadas. En el casco urbano de Jarandilla de la Vera se encuentran entre otras:
- La fuente de la plaza de la constitución.
- La fuente de la plaza Nueva.
- El Pilón del Altozano.
- La fuente de la Iglesia.
- La fuente del Sopetrán.
- La fuente de la Encina.
- La fuente del llano.
- La fuente de la Plaza de la Soledad.
Y en los alrededores del pueblo: la fuente de la carretera del Losar, la fuente del parque de la Qué, la fuente del Puente Romano, la fuente de la carretera del Guijo.
Era habitual en estos espacios de las fuentes públicas, ver a las "mozas" con los botijos en la mano o con los cántaros en la cadera, graciosamente inclinados.
(Parque municipal Infantas Elena y Cristina).
Accesos por
Avda. Ruiz Jiménez y por Avda. Soledad Vega Ortiz, desde el parque se puede
pasear por el estanque.
CALLES.
Perplejo ante sus bellísimas calles con su empedrado y su magnífica
arquitectura popular. Un sabor que se siente en cada fachada, en cada esquina,
en espacios de siglo ganados al tiempo y en la serena expresión de los ojos de
sus gentes. Calle Machín, Ancha, Altozano, Tablao, Moraleja, Vínculo, Marina...
6. RUTAS Y SENDEROS.
Ruta del Emperador, de Jarandilla de la Vera al Monasterio de Yuste
La ruta permite al viajero recorrer el antiguo camino que unía Jarandilla
de la Vera, Aldeanueva de la Vera y Cuacos de Yuste, a través del cual llegó el
emperador Carlos V al Monasterio de Yuste.
Recorrido: 10 km (ida).
Duración estimada: 3 horas.
La
ruta puede recorrerse durante todo el año, sin embargo vale la pena participar
en el recorrido que se celebra a comienzos de febrero para conmemorar el viaje
que realizó Carlos V al Monasterio de Yuste (3 de febrero de 1557). Durante
este evento se disfruta de la gastronomía típica de la zona, actuaciones
teatrales que rememoran el viaje del emperador y actuaciones musicales.
El
inicio de la ruta viene indicado por una placa situada junto al Parador de
Jarandilla. Desde ese punto seguimos por la Cuesta de los Carros, junto a la
Iglesia de San Agustín y luego a la derecha por la calle Marina hasta que
salimos de Jarandilla.
Nos
dirigimos a continuación hacia el puente Parral, a través de un camino de
tierra y una calleja empedrada.
Una
vez pasado el puente hay que seguir un camino ascendente, situado a la derecha.
Continuamos
por el camino, pasando un pequeño bosque de robles y una vereda con paredes de
piedra, hasta encontrarnos una pista de cemento junto a la carretera EX-203.
Seguimos por un camino empedrado para internarnos en el robledal.
Pasado
este pequeño bosque ya se divisa la localidad de Aldeanueva de la Vera. Hay que
cruzar el arroyo Cepeda y continuar por la carretera, desde donde podremos
contemplar la iglesia de San Pedro o la Fuente de los Ocho Caños.
Continuamos
siempre de frente, atravesando Aldeanueva en dirección a Cuacos, pasando por el
puente del Tejar hasta la zona de Santa Ana y la localidad de Cuacos.
Para
continuar la ruta, nos dirigimos por la Calle de los Hornos, cruzando la
carretera para seguir por un camino empedrado, hasta una carretera con acera
ancha que conduce hasta el Monasterio de Yuste.
En este punto finaliza la ruta. Una vez
visitado el monasterio podemos volver sobre nuestros pasos a pie o utilizar un
vehículo de apoyo para visitar otros lugares interesantes de la comarca de La Vera.
SL-CC 56
RUTA DE LOS PUENTES EN
JARANDILLA DE LA VERA
Tipo de sendero: colada, sendero, pista de tierra.
Tipo de Ruta: circular.
Longitud: 4,5 kms
Tiempo estimado: 1 hora 20 minutos
Desnivel: 90 m.
Fuentes: 1 fuente.
Época recomendada: Todo el año.
Itinerario:
Plaza de Jarandilla de
la Vera - Puente del Parral - Puente de Palo - Parador de Jarandilla.
Descripción:
La ruta comienza en la
calle Vínculos, a la que se accede desde la plaza de Jarandilla de la Vera (588
m), donde se encuentra un panel informativo con la descripción del recorrido.
La señalización blanca y verde del SL-CC 56 indica la salida de la población
por un camino empedrado que desciende hasta un arroyo. Tras pasarlo, la ruta
asciende hasta un cruce de caminos, donde toma el de la derecha que pasa bajo
unas mimosas, llega al puente del Parral y cruza la garganta Jaranda. A la
derecha el camino hormigonado sigue en ascenso, por la margen derecha de la
garganta, hasta llegar a la carretera EX-203, que se debe cruzar. Unas flechas
indicadoras marcan el tiempo de 15 min hasta el puente del Palo y 45 min hasta
el final del recorrido. Aquí el sendero discurre a través de una agradable zona
con robles, y pronto desemboca en una amplia pista. Algunos metros después se
encuentra la confluencia con el PR-CC 1 (Ruta de Carlos V), que llega por la
izquierda. Los dos senderos avanzan juntos hasta el final del recorrido. Al
poco tiempo, el sendero local cruza el puente de Palo, de nuevo sobre la
garganta Jaranda. Una vez en la otra orilla se sigue hasta la carretera que,
hacia la izquierda, y prestando atención al tráfico, lleva de vuelta a
Jarandilla de la Vera (588 m; 4,9 km; 1 h 15 min), donde se une con el GR 111.
RUTA PUENTE JARANDA
Tipo de Ruta: circular.
Longitud: 15,5 kms
Tiempo estimado: 5 horas
Dificultad: baja
Estado del firme: bueno
Desnivel: 220 m.
Longitud: 15,5 kms
Tiempo estimado: 5 horas
Dificultad: baja
Estado del firme: bueno
Desnivel: 220 m.
Fuentes: 3 fuentes
Época recomendada: Todo el año, especialmente otoño y primavera.
Ruta con un gran encanto y de
fácil ejecución, transcurre por praderas, robledales y castañares que en otoño
cobran un encanto especial, atrás dejaremos una extraordinaria vista de
Jarandilla con la sierra de Gredos al fondo. La ruta nos llevará al puente
Jaranda por donde transcurría una calzada medieval (aún existe algún pequeño
tramo), rodeado de un magnifico robledal. Sin duda la ruta es una gran
oportunidad para disfrutar de un día en plena naturaleza.
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